Clara Martínez
05 Aug
05Aug

En la vorágine de nuestras rutinas diarias, es fácil caer en el sedentarismo. Pasamos horas sentados frente a una pantalla, en el auto o en el sofá.

 Sin embargo, nuestro cuerpo está diseñado para moverse, y la falta de actividad física tiene un impacto directo en nuestra salud y bienestar. La buena noticia es que no necesitas convertirte en un atleta de élite para cosechar los beneficios del movimiento. Pequeños cambios pueden generar grandes diferencias en tu energía, estado de ánimo y salud general.

¿Por qué es tan importante moverse?

El movimiento regular va mucho más allá de mantener un peso saludable. Sus beneficios son profundos y afectan cada aspecto de nuestra vida:

  • Mejora la salud cardiovascular: Fortalece el corazón, mejora la circulación y ayuda a mantener una presión arterial saludable, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Fortalece huesos y músculos: La actividad física ayuda a construir y mantener la densidad ósea, previniendo la osteoporosis, y fortalece los músculos, mejorando la postura y reduciendo el riesgo de lesiones.
  • Aumenta la energía: Aunque parezca contradictorio, moverse te da más energía. Mejora el suministro de oxígeno y nutrientes a tus tejidos, ayudándote a sentirte más vital durante el día.
  • Mejora el estado de ánimo: La actividad física libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Esto ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y puede ser un gran aliado contra la depresión.
  • Controla el peso: Al quemar calorías y aumentar el metabolismo, el movimiento es esencial para mantener un peso saludable y prevenir la obesidad.
  • Mejora la calidad del sueño: Un cuerpo activo tiende a dormir mejor, lo que contribuye a un descanso más reparador.

Pequeños cambios que suman mucho

No te abrumes pensando en sesiones de gimnasio de una hora. Aquí te mostramos cómo puedes integrar más movimiento en tu día a día con acciones sencillas:

  1. Levántate y muévete cada hora: Si trabajas sentado, configura una alarma para levantarte y estirarte, caminar unos minutos o subir y bajar escaleras cada 60 minutos. Es un "reinicio" para tu cuerpo y mente.
  2. Usa las escaleras en lugar del ascensor: Es un clásico, pero efectivo. Si es posible, elige las escaleras. Si vives en un piso alto, baja unos pisos antes de tu destino y sube el resto caminando.
  3. Camina o anda en bicicleta para trayectos cortos: Si tu destino está a poca distancia, considera ir caminando o en bicicleta en lugar de usar el auto o el transporte público. Disfrutarás del aire libre y quemarás algunas calorías.
  4. Haz pausas activas en casa: Mientras esperas que hierva el agua o se cocine algo, haz unas sentadillas, estiramientos o unos saltos ligeros. Cada minuto cuenta.
  5. Estaciona más lejos: Si vas al supermercado o a la oficina, estaciona tu auto un poco más lejos de la entrada. Es una forma fácil de añadir unos minutos extra de caminata.
  6. Realiza actividades con tus seres queridos: Sal a caminar con amigos o familiares, juega activamente con tus hijos o mascotas, o baila al ritmo de tu música favorita en casa. El movimiento puede ser divertido y social.
  7. Incorpórate a tareas del hogar activas: La jardinería, limpiar la casa o lavar el auto son actividades que te hacen mover el cuerpo y quemar calorías.

Recuerda, cada paso cuenta. El objetivo no es la perfección, sino la constancia. Al integrar más movimiento en tu vida, no solo estarás mejorando tu salud física, sino que también experimentarás una mayor vitalidad, un mejor estado de ánimo y una mente más clara. ¡Anímate a que el movimiento sea parte esencial de tu MasVivir!


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